No fue el lodo, que pusiste en sus ojos,
ni fue el agua cuando él se los lavó,
fue su fe, que creció cuando pasabas,
donde él tirado estaba,
y pudo ver, por
primera vez.
Sana mis ojos, mis ojos del corazón.
Quita el pecado que no me deja ver,
sáname Jesús, que hoy quiero ver, Señor, tu LUZ
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