Como Jerusalén con su traje festivo,
vestida de palmeras, coronada de olivos,
viene la cristiandad en son de romería
a inaugurar tu Pascua con cantos de alegría.
Ibas como va el sol a un ocaso de gloria;
cantaban ya tu muerte al cantar tu victoria,
pero tú eres el Rey, el Señor, el Dios Fuerte,
la vida que renace del fondo de la muerte.
Tú que amas a Israel y bendices sus cantos,
complácete en nosotros, el pueblo de los santos;
Dios de toda bondad, que acoges en tu seno
cuanto hay entre los hombres, sencillamente bueno.
(Liturgia occidental)
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