El Papa “bueno”. La bondad hecha simpatía. Hombre sencillo,
humilde y obediente al Espíritu.
Persona de trato afable, cercano. Con gran sentido del humor.
Modernizó la vida en el Vaticano, flexibilizó el
protocolo.
Contribuyó a reducir
la tensión entre comunistas y cristianos.
Estableció relaciones
amistosas con las iglesias protestantes y ortodoxas, creando una Comisión para la Unidad de los Cristianos.
Convocó el Concilio Vaticano II.
Entre sus encíclicas, Pacem in Terris (1963), es la primera en la historia,
dirigida a "todos los hombres de buena voluntad", y no sólo a los
creyentes.
El Papa Francisco lo proclama santo sin esperar el milagro.
San JUAN XXIII, es "el Papa de la docilidad del Espíritu Santo". (Papa Francisco en la homilía de la canonización)
San JUAN XXIII, es "el Papa de la docilidad del Espíritu Santo". (Papa Francisco en la homilía de la canonización)
JUAN PABLO II
Peregrino infatigable. El "Papa viajero".
Comunicador y evangelizador universal.
La persona de múltiples facetas: poeta, actor, deportista... Papa.
Amigo y cercano a los jóvenes, convocando por primera vez la
JMJ, a quienes repetía las primeras palabras de su pontificado: "¡No tengáis miedo! ¡Abrid las puertas a Cristo!".
Apasionado y generoso servidor de la Iglesia.
Sincero trabajador por la paz, dentro y fuera del ámbito eclesial.
Inpresionate legado de encíclicas, exhortaciones, cartas, discursos... en su largo y fecundo pontificado.
Hombre de intensa reflexión y oración profunda antes de
tomar decisiones.
Fiel a la Voluntad de Dios, aceptó con serenidad y
equilibrio su enfermedad, enseñándonos, de manera heroica, el sufrir
callado con valor de redención.
San JUAN PABLO II, es "el Papa de la familia". (Papa Francisco en la homilía de la canonización)
San JUAN PABLO II, es "el Papa de la familia". (Papa Francisco en la homilía de la canonización)
GRACIAS, san JUAN XXIII y san JUAN PABLO II, por vuestra
santidad!
¡ROGAD POR NOSOTROS!
Hoy, día 27 de abril, día de la Misericordia, la Iglesia se ha engalanado para
celebrar esta gran fiesta y proclamar a los cuatro vientos el testimonio de vida y
santidad que nos han dejado estos dos papas.
Bien podríamos afirmar que toda la Humanidad se alegra de este acontecimiento.
Al Papa Francisco y al papa emérito Benedicto XVI, les
expresamos nuestro más profundo agradecimiento por haber hecho posible este
gran acontecimiento de gracia en la Iglesia y en el mundo entero.
A. Castro