Pon barro y saliva,
y tu mano humana y divina,
en mis ojos para que tengan vista
PON TU MANO EN MIS OJOS MIOPES,
para que puedan mirar más allá
de la costumbre, la familia y la comunidad,
y ver al hambriento, al sediento, a los siempre pobres.
PON TU MANO EN MIS OJOS ENDURECIDOS
por el paso de los años y los fracasos,
para que se transformen
en ojos emocionados, capaces de llorar.
PON TU MANO EN MIS OJOS CANSADOS,
que no alcanzan a distinguir bien cosas y personas,
para que adquieran juventud y claridad
en este mundo convulso y cambiante.
PON TU MANO EN MIS OJOS ENFERMOS,
mal acostumbrados y poco cuidados,
para que recuperen la salud
y puedan ver sin engaño en plenitud.
PON TU MANO EN MIS OJOS HERIDOS
por tantos golpes, luces y fogonazos
que han recibido de la vida
cuando intentaban verla en profundidad.
PON TU MANO EN MIS OJOS VACILANTES,
que no saben detenerse y reconocer
lo que ante ellos emerge con novedad
dejándome siempre perplejo y vacilante.
PON TU MANO EN MIS OJOS SUPERFICIALES,
que pasan rápida y febrilmente por todo lo que encuentran y se les ofrece,
pero evitan encuentros y compromisos estables.
PON TU MANO EN MIS OJOS CIEGOS,
clausurados a la vida y a la luz,
para que vuelvan a ver la vida y tus signos
con paz, ilusión y movimiento.
Pon barro y saliva,
y tu mano humana y divina,
Florentino Ulibarri
No hay comentarios:
Publicar un comentario