qué eres y quién eres,
haz bueno el camino que comienzas.
Abre los ojos
a la luz que se adivina al final del camino;
allí, en el horizonte de tu vida,
y dale a tu rostro la sonrisa
por encontrarse a gusto cambiando el corazón.
Deja a un lado la tristeza de tus sombras,
vístete de sinceridad y cíñete de amor,
y tras pedirle a Dios que guíe tus pasos,
empieza a caminar... ¡en paz!
vístete de sinceridad y cíñete de amor,
y tras pedirle a Dios que guíe tus pasos,
empieza a caminar... ¡en paz!
(Retrasmisión de la Cope)
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