Esta sociedad nuestra inventa nuevos apelativos, aún para las realidades más duras y así, intenta paliar el drama que se esconde detrás. Por eso, se les conoce como “los sin techo”.
Sí. Allí están en la Plaza Mayor de Madrid, como todas las noches, esperando que “los Voluntarios” vayan a darles un bocadillo, un poco de café con leche, un chocolate, zumos, magdalenas, bollos etc…¡ todo les viene bien! Pero sobre todo esperan cariño, conversación, que se les escuche.
Por eso, apenas te acercas a ellos, te hablan de su situación, de su “inexistente” familia en muchos casos, de sus fracasos laborales…todo lo que les ha llevado a dormir entre cartones.
Y allí están…¡como cada viernes! ¡como cada día!
Esas vidas apagadas de los soportales de la Plaza Mayor, van tomando “VIDA” a la llegada de los Voluntarios.
Se les alegra la cara al vernos, se acercan, se emocionan cuando les llamamos por su nombre: Fernando, Angeles, Alín, José Luis, Jesús, Magdalena…
Siempre es posible entablar una conversación cálida que, en muchos casos, hemos de interrumpir porque también otros se acercan para ser escuchados.
La “VIDA” de los soportales de la Plaza contrasta con el inquieto bullicio de fuera, con el ir y venir de personas que pasan desapercibidas entre ellos, pisándoles a veces sus cartones “su casa”, mirando a otro lado, ¿tal vez porque quieren acallar su conciencia?
Allí, en el corazón de Madrid se descubre el gran contraste que nuestra sociedad permite y consiente:
La pobreza frente al despilfarro.
La ropa raída frente a los trajes de fiesta.
Un bocadillo como cena frente a unas copas innecesarias…
Y así, un día y otro día.Y así en la Plaza Mayor de Madrid, y en otras muchas plazas, y en otros lugares de muchas ciudades…
¿Hay alguien dispuesto a poner su grano de arena para cambiar esta situación?
¿Haremos un sitio en nuestro horario, en nuestro corazón para ellos?
¡Ánimo! "UN NUEVO SITIO DISPONED" para ellos, para “los sin techo”
A. Castro
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