A Dios no le salen las cuentas con nuestros números,
porque Él suma con colores.
En las matemáticas de Dios,
BLANCO + NEGRO = ROJO
Sólo surge el AMOR cuando dos manos diferentes se estrechan.
Sólo se dibujan corazones en el campo del respeto mutuo.
Sólo desaparece la división cuando limpiamos las diferencias.
Sólo transformamos los misiles en pinceles de colores cuando dibujamos el AMOR.
"Habéis oído que se dijo:
"Ojo por ojo, diente por diente."
Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.
Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo.
Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen.
Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.” (Mt. 5, 38-48)
A. Castro
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