martes, 31 de marzo de 2015

ASÍ ES LA SEMANA SANTA EN LEÓN

Tradición y fervor. 
Belleza y arte. 
Silencio y oración. 
 Austeridad y sentimiento. 
Hondura y recogimiento. 
Cornetas y tambores. 
Incienso, papones y cofrades; turistas y devotos, pueblan las calles de nuestra ciudad, caracterizado por el toque de trascendencia emanado de la ”Pulchra leonina” que, desde su esbeltez, se une al desfile silencio de unas magníficas obras de Arte, impregnadas de fe.

Nuestra Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, llena el corazón de los leoneses y de cuantos se acercan estos días a León para vivir con hondura su fe y disfrutar de unas procesiones cargadas de silencio, oración y recogimiento, en las raíces mismas de la tradición leonesa.
                                                                                      A. Castro

lunes, 30 de marzo de 2015

SEMANA SANTA 2015 LEÓN


Nos adentramos en la Semana Santa de León, para vivir la hondura de la fe y la frescura de las tradiciones.
Dejamos que los Pasos que recorren las calles, se adentren en el interior de los leoneses, de los que están cerca y de los que estamos lejos,. Que esos pasos recorran también las vidas de cuantos se acercan a nuestra querida ciudad, para vivir y contemplar una Semana Santa cargada de seriedad y de profunda fe.
                                                                                                                     A. Castro

viernes, 27 de marzo de 2015

VIACRUCIS AL PIE DE LOS ALPES

Apenas unos días separan las dos primeras fotos. Jesús hace una entrada triunfal en Jerusalén aclamado por los suyos, proclamado Rey, recibido con ramos y palmas. Hay bullicio por las calles, jolgorio, fiesta, alegría. El Profeta de Nazaret ha venido para celebrar con ellos la Pascua. Y eso hay que celebrarlo. Pero en pocos días los acontecimientos dan un giro total y Aquél que fue recibido con palmas, termina clavado en un madero. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado para que suceda esta muerte inexplicable?

Apenas unos minutos separan las últimas fotos. Un Airbus A320, impecable, radiante surca los cielos llevando consigo incontables sueños, esperanzas y alegrías, que pronto quedarían hechas añicos en un amasijo de restos humanos y chatarra. Y nos seguimos preguntando ¿Por qué? ¿Qué ha pasado para que sucedan estas muertes inexplicables?

Y… comienza un Viacrucis para tantas y tantas familias rotas por el dolor de esta horrible tragedia.

1ª ESTACIÓN: Jesús condenado a muerte – 149 personas llevadas a la muerte.

Hace XX siglos en Jerusalén, el Sanedrín, Poncio Pilato, Herodes, el pueblo…dictaminan contra Jesús, siendo inocente, la sentencia de muerte.
El martes, dia 24 de marzo, al pie de Los Alpes, una sólo persona: Andreas Lubitz, conduce a la muerte a 149 personas inocentes.
Padrenuestro que estás en el cielo....

2ª ESTACIÓN: Jesús muere en la cruz - 150 personas mueren al pie de Los Alpes.
 Jesús está solo, con la única compañía de sus verdugos que se burlan y mofan de Él. Cargó con la cruz, y allí en lo alto del monte Calvario, es crucificado en ella y, en silencio, muere.
Los pasajeros del avión, asustados por el pánico producido por un aterrizaje forzado, gritan desesperadamente. Segundos después, sobre la ladera de unos Montes al Sur de Francia, sus voces se apagaron para siempre.
Padrenuestro que estás en el cielo....

3ª ESTACIÓN: El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz – La solidaridad crece en torno a la tragedia de Los Alpes
 Un hombre, que se llamaba Simón de Cirene, pasaba por allí y le ordenaron que ayudara a Jesús a llevar la cruz. No hemos sabido más de él, pero seguro que aquel hombre no quedó indiferente ante el dolor de Jesús.
Desde el martes, efectivos de la Gendarmería, la Policía Nacional, el Ejército, Seguridad civil, del ministerio de Transportes, y el de Sanidad, en torno a dos millares de personas se han movilizado para ayudar en las tareas de rescate, a pesar de no haber supervivientes. Las escenas de dolor que verán, marcarán sus vidas para siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo

4ª ESTACIÓN: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén – Las escenas de dolor se suceden continuamente.
 Jesús se fija en ellas que lloran. Las mira. Las consuela.
En los aeropuertos, al pie de Los Alpes, en tantas y tantas partes…los amigos, los familiares se abrazan entre sollozos, se consuelan, callan y lloran porque su hija, su hijo, su esposo, su esposa, su padre, su madre, su amigo…ya no bajarán nunca de aquel fatídico avión que dejó de existir.
 Padrenuestro que estás en el cielo....

5ª ESTACIÓN: María al pie de la Cruz – La soledad en medio de la tragedia
Cuando todo hubo acabado y todos marcharon, María permaneció en silencio y soledad ante la Cruz de la que colgaba su Hijo.
 Dos estudiantes se abrazan frente al instituto alemán Joseph-Koenig-Gymnasium. 16 compañeros suyos han perdido la vida en el accidente de avión. Decenas de velas encendidas son el recuerdo para 16 vidas rotas en plena adolescencia. Y…detrás de cada una de las 149 vidas destrozadas, se pondrán velas, habrá lágrimas y oraciones. También los padres del malogrado copiloto colocarán la vela 150 por él y llorarán a su hijo, y llorarán esta tragedia toda la vida. Para todos ellos  nuestra solidaridad.
Dios te salve María, llena eres de gracia...
El Viacrucis de Jesús terminó en la mañana del primer día de la semana con la Resurrección. De su Resurrección han participado ya las víctimas que han muerto el martes.
Para sus familiares, el Viacrucis no ha hecho nada más que empezar.Les queda un largo y doloroso camino que recorrer.
Manifiesto mi repulsa más profunda hacia la acción de quien originó, o contribuyó, a esta inexplicable tragedia.
Que las autoridades agilicen los trámites para ayudarles, que no se demoren los asuntos burocráticos.
Que las personas cercanas no los olviden pasados unos días y siempre les sigan ofreciendo apoyo y cariño. Que nosotros les tengamos presentes en nuestra oración y que Dios les sostenga en el dolor.
Y que los 150 fallecidos al pie de Los Alpes,
descansen para siempre con el Señor.
                                                                                                       A. Castro