es ascender hacia la cumbre,
es tocar la divinidad,
es palpar la trascendencia de Dios con nuestra humanidad,
es desplegar alas y volar,
es escalar cumbres insospechadas de luz,
es gozar con los amigos en el encuentro más sublime.
Pero del Tabor, hay que bajar, descender. . .
a la vida cotidiana,
al suelo embarrado de cada día,
a la mano tendida al necesitado,
a la mesa de trabajo
y a la familia,
y a la calle
y. . . a la rutina diaria,
y a la sonrisa que nos embellece el alma
y a la risa que reconforta nuestro ánimo.
y al dolor que nos atenaza por dentro.
porque hemos sido transformados por la divinidad para ser más humanos.
A. Castro
Por eso, este 2º domingo de Cuaresma ir al Tabor, será SUBIR . . . para BAJAR
Buen resumen... pero que nada atenace ni inmovilice, porque luego se tiene más libertad, aunque sea más responsabilidad.
ResponderEliminarGracias, Anuncia.
Gracias por tu comentario. Buen domingo
EliminarGracias, Anuncia, me has ayudado a vivir este domingo con más sentido. Antonia
ResponderEliminarGracias por acercarte al Tabor. Buen domingo
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